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Mi trabajo empieza cuando tú más lo necesitas: al recibir una citación, en una detención o frente a un juicio rápido. En esos momentos, necesitas a alguien que actúe con decisión, no a un profesional que te derive a su equipo.
Decidí dedicar mi práctica legal únicamente a los delitos de alcoholemia porque son procedimientos que requieren rapidez, experiencia y una estrategia clara. No improviso ni aplico fórmulas genéricas. Cada cliente es distinto y cada minuto cuenta.
Si has llegado hasta aquí, es porque necesitas una defensa real. Estas son las tres cosas que marcan la diferencia.
No trabajo con horarios de oficina. Estoy disponible siempre que lo necesites, incluso de madrugada, porque la urgencia no espera.
Llevo años resolviendo casos de alcoholemia. Esa experiencia me permite anticipar problemas y encontrar soluciones.
Desde la primera conversación hasta el cierre del caso, trato contigo directamente. Me encargo de cada detalle.